Desde el primer instante en que saltó la noticia, he querido expresar mi apoyo desde Recortes de Serpentina no sólo a la FALCAP, que parece es la única que está en desacuerdo con abrir el comercio pacense el domingo de carnaval, sino a todos aquellos carnavaleros que, bien porque les tocará trabajar, bien porque creen que su trabajo se podría ver deslucido por la falta de público, han secundado a la federación de comparsas.

He leído y escuchado diferentes opiniones, de todo tipo de personas, agrupaciones, partidos políticos, medios de comunicación y demás, y a la única conclusión que soy capaz de llegar a estas horas de la tarde es que los pacenses somos únicos destruyendo lo nuestro. No obstante, voy a esforzarme en dar mi opinión, como José Antonio Casablanca, y no como Recortes de Serpentina, aunque use esta web carnavalera para hacerlo.

Para empezar, entiendo y comprendo que, ante esta situación, el Ayuntamiento de Badajoz poco o nada puede hacer. A estas alturas del juego, las reglas son las que son, y lo que ha sido aprobado y legislado mediante resolución del Gobierno de Extremadura el año pasado, no van a modificarlo ahora a gusto de unos y otros, y esto es perfectamente comprensible.

Ahora bien, teniendo en cuenta que poco o nada se puede hacer ya, debemos centrarnos primero en las causas del enfrentamiento público, en sus posibles consecuencias, y en las alternativas que existen para evitarlo.

Para empezar, este problema no existía hasta hace prácticamente unas horas en las que algunos habrán caído en la cuenta que, aquella resolución aprobada el 5 de noviembre de 2013 iba a interferir con el desfile de Comparsas, Artefactos y Grupos Menores. Es lógico que hasta ahora no haya «saltado la liebre» ya que el ciudadano de a pie poco puede entender qué tiene que ver el Carnaval con la liberalización de horarios comerciales.

Sin embargo, todo radica ahí, en una liberalización que no es tal. En un intento de liberar los horarios comerciales, solamente se aprobó permitir abrir 16 días festivos al año, lo que en la práctica supone abrir todos los domingos de diciembre, y sobre todo, el primer domingo de cada mes (a excepción de agosto). A estos efectos, se podría haber intentado pactar días diferentes el pasado año, antes de la Resolución del Gobex, o una forma diferente para ponerlos. Pero no se tuvo altura de miras y no se pensó en las particularidades de la región, y ahí radica el primer problema.

Por mi parte, siempre he abogado y abogaré por la libertad de horarios comerciales. Si los comercios pudiesen abrir cuando quisiesen, y en cualquier horario, al final sería el público el que determinaría los días y horarios de apertura, ya que los establecimientos se irían adaptando a las necesidades de los compradores por el bien de sus negocios.

Sin embargo, al permitir abrir un solo día, se fuerza a quien tiene la necesidad de comprar en domingo a hacerlo ese día en concreto, de manera que, si existe contraprogramación con otras actividades, se limita de forma innecesaria el que esa persona pueda hacerlo todo.

Cierto es que Badajoz es una ciudad evidentemente comercial. De hecho, la ciudad comercial más importante de la región y de la parte de Portugal colindante. Eso hace que muchos pacenses vivan de su trabajo en diferentes tiendas y comercios, y que por este motivo se vean privados de perderse el desfile, bien como meros espectadores, bien como participantes.

Aún así, esto no me parece suficiente motivo como para reivindicar el cierre de los comercios ese día. A mucha gente le va a tocar trabajar, por suerte para ellos, teniendo en cuenta el alto nivel de desempleo.

Para mi el problema principal radica en que, inevitablemente, la apertura de los comercios dispersa a la población, y eso conlleva una disminución de visitantes tanto al desfile como a los comercios. Porque seamos realistas, quien ama el carnaval y disfruta año a año su desfile, acudirá al mismo independientemente de la apertura de las tiendas, y a quien no le gusta, lo mismo encuentra una alternativa de domingo diferente a la de estar tumbado en el sofá de casa. Por eso, si el comercio abriese todos los domingos, yo no habría tenido nada que objetar en estos temas.

Lo que no se ha hecho en este asunto, y creo que debería haber sido el camino correcto, es mirar las diferentes opciones que existen, y buscar la que más beneficie al conjunto de la población, o la que menos daño haga. En este caso, al abrir un único domingo al mes, la solución pasaría por abrir un domingo de marzo diferente al del desfile. De esa forma se evitaría la dispersión, y todos estarían contentos, tanto carnavaleros que podrían disfrutar del desfile sin pegas, como comerciantes que verían incrementado el número de visitantes.

Pero una vez más, y de espaldas a la gente, se deciden en los despachos los designios de nuestra vida, volviendo a repetirse eso de que los ciudadanos estamos al servicio de la ley, y no la ley al servicio de los ciudadanos.

Como digo, este año ya no hay nada que hacer, y doy la batalla por perdida, pero para años futuros pido a las administraciones, tanto Gobierno de Extremadura como Ayuntamiento de Badajoz, así como a los colectivos implicados (asociaciones de comerciantes, centros comerciales y grandes superficies, comparseros y carnavaleros, etc.) más altura de miras, más reflexión, más pensar y conciliar antes de probar a ciegas. Por que si no, corremos el riesgo de que se repitan los hechos del pasado año, tato con la hora del desfile como con la prohibición de música y barras en la calle, y la primera pudo salir bien, pero la segunda no tanto, y este año toca recular.

José Antonio Casablanca.

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