La desorganización hace acto de presencia en la Tamborada
La desorganización hace acto de presencia en la Tamborada
La lluvia, junto a la mala organización, hacen de La Tamborada de la Margen Derecha del Guadiana un desastre desorganizativo del que nadie acabó contento
El pasado sábado, como cada año desde 2005, tenía lugar la Tamborada de la Margen Derecha, un acto carnavalero que, desde el principio, tuvo su carácter reivindicativo, si bien este se limita ya a la lectura de un comunicado antes del evento, al que nadie atiende y del que nadie se acuerda.
Hacía días que se especulaba con la posibilidad de suspender el evento debido a la previsión de lluvias, pero la organización avisó de que, mientras no diluviase, se mantendría. Y así fue.
Todo comenzaba a medio día. Los hosteleros del Parque de San Fernando sacan sus barras y barbacoas a la calle ante la previsible asistencia masiva al evento. A pesar de la llovizna tonta que acompañó durante todo el sábado, y que sin duda mermó la participación, el ambiente es mayor al de cualquier otro fin de semana.
Durante la tarde, el desfile de comparsas trajo las primeras polémicas. La mala organización propició un malentendido en el recorrido del mismo, variado para algunas comparsas, que mostraron su indignación al respecto.
Tras la lectura del comunicado, la murga Los Chungos, del propio barrio de San Fernando, recibía un reconocimiento por parte de las asociaciones de la organización, muy merecido, ya que ellos siempre hacen gala de su barrio allá donde actúan. Y es que si Badajoz no deja de ser una ciudad pequeña (o un pueblo grande), hay algunos barrios que mantienen identidad propia, y San Fernando sin duda es uno de ellos.
Finalizada la actuación de la murga, se abría el telón (después de más de una década ya deberían haber pensado en cambiarlo) para descubrir a la primera comparsa. El tiempo daba algo de tregua y el parque mostraba una afluencia bastante notable. Sin embargo, esta fue decayendo a medida que la lluvia hacía acto de presencia.
Esta lluvia se hizo especialmente intensa a partir de la actuación de Los Pirulfos, ocasionando problemas de sonido e iluminación. Debido a ello, las últimas comparsas decidieron actuar sin micros ni efectos especiales, algo que fue ovacionado y reconocido por el público, pero que deslució su actuación con respecto a las anteriores.
El resultado del desastre meteorológico fue la chapuza mayor: todas las comparsas ganaron.
Las críticas no tardaron en llegar, tanto por las comparsas que sufrieron la desorganización como por el público asistente, y también de los hosteleros. Nadie acabó contento.
No es de extrañar que la Falcap esté planteando la posibilidad de trasladar la celebración de la Tamborada a otro lugar visto lo visto, aunque es evidente que se confunden con el modelo.
Luis Pajares, presidente de la misma, hacía unas declaraciones la pasada semana acerca de la posibilidad de realizarla en el interior del Teatro López de Ayala. El gran problema de esto es que se equivoca con el modelo, intentando copiar al de las Murgas, cosa que no ha gustado a casi nadie.
Esas declaraciones serían motivo de otro artículo que no voy a escribir, al menos de momento. Pero es evidente que, tanto por el número de componentes de las comparsas como por el sonido en sí, la Tamborada debe hacerse al aire libre, en un lugar donde pueda haber afluencia. Alternativas a lo gratuito hay, simplemente hay que valorarlas (auditorio Ricardo Carapeto, poner una carpa, Ifeba…).
Las conclusiones que saco de la celebración de la Tamborada pasada son varias:
- Tal y como se celebra en San Fernando, podría funcionar hace una década, pero el modelo ya ha quedado cutre y antiguo, tanto como el graffiti que decora el telón del escenario.
- El evento se ha acabado convirtiendo en un festival de la barbacoa, en lugar de centrarse en el aumento de la calidad del espectáculo.
- La desorganización y falta de planificación es más que evidente.
- Este año debería haber sido suspendida al preverse la lluvia, y cambiado de fin de semana, algo imposible de hacer ya antes de carnavales, pues la semana que viene son las Candelas de Santa Marina y, la siguiente, el Concurso Infantil y Juvenil de Murgas.
- La solución de fecha para evitar que pueda pasar esto pasa por adelantar la Tamborada en previsión de poder aplazarla a otra fecha antes de carnavales en caso de lluvia, o bien, hacerla después de los mismos.
- Las Comparsas merecen un concurso de calidad, pues ellas cada año ofrecen un espectáculo digno de pagar por él. Hay fórmulas, pero hay que estudiarlas y ser originales, y no ir a lo fácil intentando copiar a las murgas, las cuales, todo sea dicho, actúan durante dos semanas para luego hacer los carnavales en la calle, mientras las comparsas actuarían un único día, nada compensado teniendo en cuenta que el sábado de carnaval muchas de ellas se van a actuar a Elvas.
Por último, decir que Badajoz tiene ya participación y seguimiento suficiente de su carnaval como para tener más fines de semana, antes o después de los carnavales, en donde se estire nuestra mayor fiesta. Es posible hacer que todos los barrios tengan su evento carnavalero, sin por ello dejar de darle calidad a un espectáculo que, debido a gran calidad que ya ofrece, debería ser organizado por el Ayuntamiento de Badajoz, y no las asociaciones de vecinos, hosteleros, comerciantes, etc.