¡HAY QUE QUEDARSE AL MARGEN!

El derecho de pernada era un derecho que se otorgaba a los señores feudales para mantener relaciones sexuales con aquellas doncellas, siervas de su feudo, antes de contraer matrimonio con otro siervo.

Ante este derecho adquirido, lo único que podía hacer el pueblo era mantenerse al margen. Quedarse al margen es lo que realmente hacemos cuando algo no nos incumbe o no es conditio sine qua non para nuestro día a día.

«Quedarse al margen es lo que realmente hacemos cuando algo no nos incumbe o no es conditio sine qua non para nuestro día a día»

Pero esto es España, concretamente el Carnaval de Badajoz, y opinar sobre la protesta de otro está a la orden del día. Pero para sorpresa de todos, esta vez a quién le ha tocado ha sido a la comparsa.

La comparsa se va de la margen derecha para, según mi punto de vista, mejorar la calidad del espectáculo que da cada año con la tamborada, y que sólo sirve a fecha de hoy para llenar las cajas de los diferentes hosteleros que están allí y del que vende panceta y vasos de plásticos.

Nunca lo he considerado un apoyo al carnaval, porque el obligado desfile tiene menos afluencia que un curso de escritura impartido por Belén Esteban y Ana Rosa Quintana.

Tiempo no les ha faltado a algunos para criticar esta “desfachatez” y decir que se van por dinero, y que así se cargan la historia de ésta fiesta. Poco a poco perderemos grandes tradiciones en el carnaval como ir a Elvas cobrando dinero durante los carnavales.

«Ya era hora que si alguien tuviera que ser el dueño del cortijo fuese el que trabaja la tierra»

Ya era hora que si alguien tuviera que ser el dueño del cortijo fuese el que trabaja la tierra. Nunca me gustó que fuera el evento que diera el pistoletazo de salida a la fiesta más grande de la ciudad, con todo el respeto a las demás fiestas.

Siempre me dolió ver como se suben a dar un espectáculo, porque lo es a pesar del dolor de muchos, bajo unas condiciones que no están a la altura del mismo, pero al fin este derecho de pernada con el carnaval se acabó.

Supongo que la decisión no ha sido agradable, pero al menos, valiente. Claro que se pierde una tradición de nuestro carnaval, otra cosa es que los carnavaleros la lleguemos a echar en falta. Para mí no es una huida hacia delante, es un paso que había que tomar hace tiempo.

Poco a poco estamos consiguiendo el carnaval que merecemos todos, componentes y aficionados, poco a poco vamos siendo nosotros quiénes decidimos qué y cómo.

Poco a poco vamos dejando que esto sea nuestro y para vosotros, no de ellos y para ellos.

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