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Disfraz de esperanza para Carnavales en pandemia

Desde siempre, y cuando digo siempre, me refiero a las cuatro últimas décadas, que son las que he conocido, febrero ha sido sinónimo de Carnaval. Todos los que vivimos estas fiestas como se viven en Badajoz, no necesitamos marcarlas en el calendario, pues en realidad, febrero es todo el año, o al menos, como digo, así ha sido “desde siempre”. Pero este último año no.

En 2020, febrero acabó en febrero, y aunque nos hemos disfrazado en no pocas veces de esperanza en este último año, éste eligió el disfraz de pandemia mundial para destruir todo lo que ha pillado a su paso, pero sobre todo, para llevarse para siempre muchas vidas.

Cuatro carnavales atrás, con Vendaval

 

A la tragedia mortal se unen la sanitaria, la económica y la social. En el caso de esta última, y aunque muchos nos resistimos a pensar que nuestras vidas cambiarán una vez esta crisis pase, las relaciones, experiencias y vivencias que hemos perdido este carnaval, no podremos recuperarlas nunca.

La COVID-19 nos ha robado muchas cosas. Hablar de “cosas” cuando muchas personas han (hemos) sufrido la pérdida de seres queridos en este año, se antoja hasta de mal gusto. Por ello, pido perdón de antemano.

Pero estamos en febrero, y en un blog de carnaval. No me queda otra que hacer alusión al mal trago que supone para los carnavaleros haber perdido todo este año. Locales de ensayo vacíos (aunque los alquileres se han seguido pagando) y los bares cerrados a estas alturas son solo una muestra de lo mucho que han cambiado nuestras vidas.

No quiero entrar a valorar la pérdida (masacre más bien) que para una ciudad como Badajoz supone haber renunciado a este carnaval: modistas, maquilladores, tiendas de tela, los todo a cien, las mercerías, bares y restaurantes, empresas de distribución de bebidas… las pérdidas son enormes para todos.

Pero los carnavaleros seguimos teniendo el disfraz de esperanza, y estos días de febrero volveremos a ponérnoslo y saldremos a calle, aunque sea de forma figurada (tranquilo, Sr. Consejero) a sacar pecho y lucir orgullosos este carnaval que construyeron nuestros padres, y hemos seguido haciéndolo crecer sus hijos y nietos.

El Carnaval de Badajoz ya es para siempre, con o sin pandemias. Al fin y al cabo, esta fiesta siempre ha contado con enemigos y detractores mucho más fuertes, y a pesar de todo, nada han podido hacer por acabar con lo que ya es una forma de vida.

Feliz Carnaval de Badajoz.